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El Día Mundial de la Higiene se celebra cada 3 de septiembre con el objetivo de promover medidas de aseo para el cuidado de la salud de la población, tanto en el ámbito sanitario como en cada uno de los hogares.
 
Este día se celebra para recordar la importancia de la higiene en la prevención de diferentes tipos de enfermedades y redoblar los esfuerzos por mantener la higiene en los alimentos y bebidas, lugares públicos, etc., así como la eliminación segura de todos los desperdicios domésticos para a evitar las enfermedades.
 
Los especialistas recomiendan convertir en hábito el lavado de manos con agua y jabón o con alcohol en gel para prevenir enfermedades como la diarrea, influenzas, hepatitis, neumonías, Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) e infecciones de la piel.
 
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Cuando el odio y la violencia se imponen sobre el debate de ideas, destruyen a las sociedades.
Nuestra organización repudia fervientemente este intento de magnicidio hacia la vicepresidenta de la nación.
 
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También aportan vitaminas y tienen múltiples beneficios. Cuáles son los diferentes tipos y qué le aportan al organismo.

Seguramente, ingerimos alimentos fermentados a diario, pero sin saberlo.

El yogur, la cerveza, el pan y las aceitunas son tan solo algunos de los más conocidos.

Los especialistas en Nutrición aseguran que los alimentos fermentados (aquellos que contienen organismos naturales como bacterias y levaduras) aportan vitaminas.

Fortalecen el sistema inmunitario, equilibran la flora intestinal (microbiota) y mejoran notablemente la digestión.

Qué es la fermentación

“La fermentación es la transformación de los alimentos por parte de los microorganismos”.

Explicó en SaberVivirtve Humberto Martín, especialista del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Para el especialista, “los alimentos fermentados tienen un efecto beneficioso en general”.

Sin embargo, advirtió que tampoco hay que abusar.

“Las bebidas alcohólicas, por ejemplo, se deben consumir de forma muy moderada y responsable dentro de lo que es una dieta mediterránea”, indicó.

En ese sentido, detalló que el proceso de fermentación transforma el sabor de los alimentos y alarga su conservación.

Además, les agrega distintas propiedades a las que tenía la materia prima original.

Tipos de fermentación

El experto explicó que existen diferentes tipos de fermentación en función del microorganismo fermentador que se utilice.

Fermentación láctica: se utilizan bacterias lácticas.

“Se incuban a una temperatura sobre los 40 grados durante unas horas y eso es suficiente para que las bacterias conviertan los azúcares en ácido láctico”, detalló.

Entre los productos con este proceso de fermentación figuran: yogur u otros derivados de la leche, las aceitunas, el chukrut o el kimchi.

Fermentación alcohólica: “Es la fermentación llevada a cabo por las levaduras.

Que consumen los azúcares y los transforman en alcohol y gas carbónico (co2)”, señaló. Algunos ejemplos son el vino, la cerveza o la sidra.

Fermentación acética: las bacterias acéticas son las que producen, por ejemplo, el vinagre a partir de vino.

“Las bacterias acéticas transforman el alcohol en ácido acético”, especificó.

Fermentación propiónica: produce ácido propiónico y CO2.

Se usa, por ejemplo, en la elaboración de algunos quesos.

El efecto de la fermentación en la digestión

De acuerdo con el especialista, la fermentación mantiene el equilibrio de la flora intestinal, así como también aporta muchas vitaminas.

Los alimentos fermentados mejoran la digestión y la microbiota

“Los alimentos fermentados vegetales tienen polifenoles, que son antioxidantes y antiinflamatorios.

La microbiota transforma los polifenoles en compuestos más activos.

Los productos ricos en polifenoles son beneficiosos para los sistemas digestivo y cardiocirculatorio”, destacó.

Respecto a los beneficios de la fermentación en la microbiota, indicó.

“Cada vez se están relacionando más los alimentos fermentados con un efecto beneficioso sobre la salud. Y también sobre la microbiota intestinal (el conjunto de bacterias presentes en el intestino)”.

Las últimas investigaciones indican que la microbiota influye en el correcto desarrollo del sistema inmunitario.

“También en la prevención de enfermedades metabólicas y en el correcto funcionamiento del sistema digestivo”, concluyó.

fuente: https://www.osinsa.org/2022/08/30/los-alimentos-fermentados-mejoran-la-digestion-y-la-microbiota/

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El trabajo, liderado por especialistas del CONICET y del Ministerio de Salud de la Nación, comprueba que aplicar vacunas de diferentes plataformas induce una respuesta de anticuerpos mejor o igual que la brindada por dosis homólogas.

Además, enfatiza que los refuerzos son clave contra ómicron.

En un mundo donde apenas el 62% de la población completó su esquema inicial de vacunación contra el COVID-19.

Y las nuevas variantes son una amenaza permanente, la prestigiosa revista internacional Cell Reports Medicine publicó un estudio de especialistas del CONICET y del Ministerio de Salud de la Nación.

Que respaldó la decisión de las autoridades locales de combinar distintas vacunas cuando las dosis para hacer frente al SARS-CoV-2 llegaban a cuentagotas.

El trabajo será tapa de la versión impresa de la revista científica el próximo 16 de agosto.

La presidenta del CONICET, Ana Franchi, destacó la importancia de los resultados del estudio para llevar adelante estrategias de vacunación.

Y el carácter colaborativo y de cooperación científica con el que se realizó.

“En primer lugar, este estudio es muy importante porque permite tener un insumo de información clave para diseñar y llevar adelante estrategias de vacunación. Y optimizar las actuales.

Recordemos que aún hay muchos países del mundo con niveles de vacunación muy bajos.

Asimismo, su realización fue a partir del trabajo conjunto de científicos y científicas del CONICET de distintos institutos y Universidades.

En combinación con especialistas de ministerios de Salud -de Nación y distintas provincias-, como así también con personal de hospitales públicos.

Es una clara muestra de la importancia de trabajar en ciencia de manera colaborativa, de ponderar la cooperación científica para llevar adelante proyectos con impacto en mejorar la calidad de vida de la gente” explicó.

Y en este sentido, agregó: “En la pandemia se demostró más que nunca el fuerte compromiso de nuestra comunidad científica y que la ciencia y tecnología es soberanía.

Una ciencia que impacte en el desarrollo y que sirva para mejorar la calidad de vida de las personas es fundamental para construir un país más justo, inclusivo y soberano”.

El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, señala.

“Una vez más científicas y científicos de Argentina son tapa de una revista científica prestigiosa por sus avances que impactan y son útiles a toda la población mundial.

La pandemia exigió el acceso inmediato a las vacunas, todos los recursos posibles para poder enfrentarlo y resultados que hoy son tapa.

Y están disponibles para continuar de manera óptima la vacunación que se planteó desde nuestro sistema de salud en un primer momento.

Brindando información precisa a aquellos países que aún están iniciando los esquemas”.

El titular de la cartera de ciencia agregó. “Estamos del lado de la vida y esto lo demuestra.

Un orgullo y felicitaciones a nuestros/as científicos/as que aportan conocimiento y compromiso.

Una mención especial a la articulación y trabajo colaborativo de los diferentes actores.

Continuaremos poniendo en valor el sistema científico-tecnológico. Porque solo sostenido en el tiempo y con inversión se logran estos resultados que nos llenan de orgullo aquí y en el mundo”.

Carla Vizzotti, ministra de Salud de la Nación y también autora del nuevo estudio, resalta.

“Es importante detenernos y mirar para atrás y poner en valor el trabajo realizado entre los distintos sectores.

Como los equipos de salud de todo el país y los investigadores en tiempos difíciles para poder dar respuesta a la pandemia de COVID-19”.

Vizotti agrega “que en momentos de incertidumbre a nivel global, porque se trataba de un virus desconocido, y de escasez de insumos fundamentales como las vacunas.

La información científica que se iba generando a través de estos estudios de investigación permitió tomar decisiones basadas en la evidencia local. Para poder proteger a través de la vacunación al mayor número de personas posible.

Así se tomó la decisión de combinar vacunas de distintas plataformas, lo cual demostró excelentes resultados.

Que permitieron mejorar la protección contra el virus y reducir las hospitalizaciones y muertes, además de compartir la experiencia con otros países”.

Trabajo en equipo

En julio de 2021 el Plan Nacional de Vacunación argentino enfrentó el problema de la escasez global de vacunas contra el COVID-19.

Y como se comenzaban a vencer los plazos para completar los esquemas ya iniciados –hasta ese momento sólo se usaban las mismas dosis (vacunación homóloga)–.

Se pensó en la posibilidad de hacer combinaciones con las que estaban disponibles en el país.

Así, tomando de referencia estrategias utilizadas en otros lugares del mundo, como el Reino Unido.

Donde la aparición de algunos efectos adversos de la vacuna de AstraZeneca llevó a las autoridades a estudiar qué pasaba si se aplicaba como segunda dosis una basada en ARN.

Equipos de investigación locales se propusieron analizar la seguridad e inmunogenicidad (capacidad para generar una respuesta inmune). Propia al empleo de vacunas de diferentes plataformas.

Coordinados por el Ministerio de Salud de la Nación, un equipo interdisciplinario que incluyó a investigadores e investigadoras del CONICET y referentes de los ministerios Salud de diversas provincias (Buenos Aires, La Rioja, Córdoba y San Luis).

Evaluó en 1314 voluntarios la seguridad de quince combinaciones diferentes.

Estudiando la cantidad y funcionalidad de los anticuerpos generados.

Y concluyó que “la vacunación heteróloga contra el COVID-19 es una estrategia válida y segura para aumentar rápidamente la cobertura en muchas regiones del planeta”.

“Podemos preguntarnos de qué sirve saber esto ahora en la Argentina, donde ya tenemos al 83% de la población con el esquema primario completo”, plantea Andrea Gamarnik.

investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET-Fundación Instituto Leloir) y una de las autoras principales del trabajo.

“La respuesta se obtiene con sólo mirar al mundo y ver la profunda inequidad en el acceso a las vacunas de los países más pobres.

Varias zonas de África, Asia e incluso de América latina no llegan al 25% de la población inmunizada.

Publicar este estudio, que fue revisado por científicos destacados de otros países, respalda la decisión que se tomó acá.

Pero sobre todo aporta información útil para definir estrategias de combinación de vacunas en países que aún están iniciando esquemas”.

Agrega Gamarnik, quien lideró el trabajo junto a Jorge Geffner, investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (INBIRS, CONICET-UBA). Tambien junto a Juan Manuel Castelli, del Ministerio de Salud de la Nación.

Principales resultados

Los 1314 voluntarios y voluntarias se dividieron en tres grupos.

Cada uno recibió como primeras dosis una vacuna basada en adenovirus (Sputnik V y AstraZeneca) o de virus inactivado (Sinopharm).

Luego se formaron diferentes subgrupos, a los que se les aplicaron segundas dosis basadas en una plataforma diferente.

Por ejemplo, esquemas Sputnik V-Moderna (ARN); AstraZeneca-Moderna; Sinopharm-Sputnik V. En total, se estudiaron 15 combinaciones diferentes.

A cada participante se le tomaron muestras de sangre en distintos momentos después de la vacunación.

Se evaluó tanto la presencia de síntomas adversos como el nivel de anticuerpos y la capacidad que tenían de neutralizar la infección por el virus original de Wuhan.

Para eso se empleó el COVIDAR IgG, el primer test serológico argentino para medir anticuerpos contra el nuevo coronavirus.

Este test fue desarrollado por Gamarnik y su equipo del Instituto Leloir en asociación con el laboratorio Lemos.

“Los niveles de anticuerpos más elevados de todas las combinaciones se observaron entre quienes se habían vacunado con Sputnik V, AstraZeneca o Sinopharm en primera instancia y recibieron la vacuna de Moderna como segunda dosis.

Estos niveles de anticuerpos fueron comparables a los observados tras la aplicación de dos dosis de Moderna”, asegura Gamarnik.

Además, se constató que aquellas personas que iniciaron su esquema con Sinopharm desarrollaron más anticuerpos tras la aplicación de Sputnik V, AstraZeneca o Moderna. Respecto de quienes recibieron una segunda dosis de la misma marca.

En cuanto a la seguridad, la combinación de vacunas diferentes no causó efectos adversos graves, hospitalizaciones ni muertes.

“En el estudio se prestó especial atención, no solo a la respuesta de anticuerpos, sino también a la posible manifestación de efectos adversos.

A fin de determinar si los mismos (fiebre, dolor de cabeza, malestar general y otros), se presentaban con mayor frecuencia frente a la aplicación de sistemas heterólogos en comparación con los homólogos.

Las observaciones realizadas mostraron que la aplicación de esquemas heterólogos no se asoció a mayor frecuencia o intensidad de efectos adversos respecto de la aplicación de esquemas homólogos.

En ningún caso observamos efectos adversos severos”, explica Geffner.

Cuando los investigadores y las investigadoras locales enviaron el trabajo a Cell Reports Medicine todavía no circulaba la variante ómicron, que hizo su irrupción poco tiempo después.

Así, uno de los revisores de la revista sugirió tímidamente la importancia de sumar evidencia sobre la eficacia de la combinación de vacunas también contra ella.

Y enseguida se aceptó el reto.

“Tomamos un subgrupo reducido de voluntarios e hicimos el estudio para ómicron, porque entendimos que era lo que se necesitaba en ese momento”, reconoce Gamarnik.

“La conclusión fue –continúa– que es muy importante dar los dos refuerzos.

Porque si bien las segundas dosis heterólogas, sobre todo si son con una vacuna de ARN, aumentan la cantidad de anticuerpos capaces de neutralizar ómicron.

Estos son bajos en comparación al virus original.

Los refuerzos son clave para estar protegidos contra la variante más preponderante en la actualidad”.

Gamarnik resalta que “este trabajo requirió una interacción estrecha y sostenida en el tiempo entre especialistas del CONICET.

Autoridades de salud y profesionales de más de una docena de hospitales, lo que demuestra la importancia del trabajo colaborativo”.

Y continúa: “La tapa de la revista también lleva un mensaje sobre la fortaleza de combinar vacunas generadas en distintos lugares del mundo.

Poniendo a la salud pública por encima de la política y de los intereses económicos que hay detrás de cada vacuna producida”.

Del estudio también participaron el ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, y un equipo de investigadores e investigadoras del CONICET en el IIBBA.

En el INBIRS, de la Universidad Nacional de Misiones; del Instituto de Virología “Dr. J. M. Vanella” (In.Vi.V.-Universidad Nacional de Córdoba); de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET- Universidad Nacional de Misiones); del Centro de Investigación en Medicina Traslacional (CIMT) del Ministerio de Salud de la Provincia de La Rioja.

Y profesionales de las carteras sanitarias de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y San Luis; y personal médico de seis hospitales públicos bonaerenses.

Referencia bibliográfica:

Carla A. Pascuale, Augusto Varese,Diego S. Ojeda,Marina E. Pasinovich, Juan M. Castelli,Jorge Geffner, Andrea V. Gamarnik (2022). https://doi.org/10.1016/j.xcrm.2022.100706

Fuente: https://www.osinsa.org/2022/08/31/estudio-argentino-avala-la-combinacion-de-vacunas-como-esquema-primario-y-sera-tapa-de-la-prestigiosa-revista-cell-reports-medicine/

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Las pruebas olfativas darían un indicio sobre las probabilidades de desarrollar afecciones cognitivas.

Una pérdida repentina del olfato podría ser una señal de advertencia temprana de demencia.

Es clave tenerlo en cuenta ahora, cuando el síntoma relaciona con la pandemia de coronavirus. Lo que podría conducir a un diagnóstico incorrecto, o bien, que se pase por alto.

En el pasado, los estudios encontraron que una pérdida gradual del olfato es una indicación del riesgo de demencia. Pero ahora creen que el deterioro rápido también podría ser una señal.

La investigación realizada por un equipo de la Universidad de Chicago en los Estados Unidos involucró a 500 adultos mayores de 70 años y los monitoreó durante 20 años.

El profesor Jayant Pinto, autor principal del estudio, señaló que el trabajo es otra pista que indica un vínculo entre el olfato y la demencia.

Él está pidiendo que las pruebas de olfato sean rutinarias para las personas mayores, de la misma manera que se someten a exámenes de audición y ojos.

 

El olfato puesto a prueba

Las pruebas de olor son una forma económica y efectiva de evaluar la capacidad olfativa de un paciente en una clínica.

Los palillos utilizados se asemejan a los bolígrafos de punta de fieltro.

Pero cada uno está infundido con un aroma distinto y se le pide a la persona que lo identifique entre cuatro opciones.

El olfato es con frecuencia un sentido pasado por alto que no se considera tan importante como el oído o la vista.

Sin embargo, desempeña un papel vital. Entregando información al cerebro de una manera diferente a otros sentidos.

Dado que la memoria permite a las personas reconocer los sentidos, tiene lógica que haya un vínculo con el deterioro cognitivo.

Hay una serie de teorías sobre lo que puede causar demencia y entre ellas se encuentran los ovillos de proteína amiloide en el cerebro.

Los estudios mostraron que estos signos aparecen primero en áreas del cerebro que son responsables de las tareas olfativas y de memoria.

La pérdida repentina del olfato puede advertir una enfermedad neurológica

Rachel Pacyna, autora principal del estudio, lo resumió.

“Nuestra idea era que las personas con un sentido del olfato en rápida disminución con el tiempo estarían en peor forma.

Y más propensas a tener problemas cerebrales e incluso el propio alzheimer, que las personas que estaban disminuyendo lentamente o manteniendo un sentido del olfato normal”.

Continuaron investigando esta teoría con participantes que vivían en hogares de adultos mayores. Que fueron evaluados cada año en sus habilidades para identificar olores.

También se midieron para detectar signos de demencia, y algunos se sometieron a resonancias magnéticas.

Los puntajes de las pruebas olfativas se trazaron en un gráfico para su análisis e identificación de tendencias.

Se encontró que los participantes sin síntomas clásicos del mal de Alzheimer, pero que experimentaron una rápida pérdida del olfato.

Tenían un 89 por ciento más de probabilidades de desarrollar afecciones cognitivas que aquellos que perdieron gradualmente su sentido del olfato.

También se encontró que hay vínculos entre una fuerte pérdida de olfato y un volumen reducido de materia gris en áreas del cerebro asociadas con la memoria.

En comparación con aquellos que perdieron el sentido más lentamente.

El riesgo en estos individuos es similar a aquellos con el gen APOE-e4, que hace que las personas estén predispuestas a la enfermedad de Alzheimer.

(*) La doctora Ana Cofre (M.N.117.124) es avezada en Patología de Olfato y Gusto.

Miembro titular de la Asociación de Asma, Alergia e Inmunología de Buenos Aires.

Docente de la materia Otorrinolaringología de la Facultad de Medicina de la UBA.

Miembro de la Red Olfato Argentina. Está a cargo de la Dirección y Coordinación Médica de AROAST.

Miembro Adherente del Capítulo de Olfato de la Federación Argentina de Sociedades de Otorrinolaringología.

Miembro Activo de Sociedad Argentina de Rinoplastia Estética y Funcional.

 

fuenet:https://www.osinsa.org/2022/08/29/la-perdida-repentina-del-olfato-puede-advertir-una-enfermedad-neurologica